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25/04/2022 - 12:04 am
Seguridad y salud en los campos, una tarea colectiva
"La labor de las personas jornaleras agrícolas es esencial para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria, pero continúa siendo realizada en condiciones de alta precariedad. Por ello es de suma importancia regular y garantizar las condiciones para prevenir los riesgos del trabajo en el campo".
Por: Arelhí Galicia, María Elena Camiro y Claudia García*
El 28 de abril se conmemora el Día Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo. Este día busca sensibilizar y generar conciencia sobre la necesidad de la prevención entre las personas trabajadoras, las personas empleadoras y los gobiernos.
El trabajo en el campo conlleva una serie de riesgos importantes para quienes lo realizan y que mantienen a este sector con una alta incidencia de accidentes y enfermedades relacionadas a la labor agrícola. Ya que en México se estima que aproximadamente 2.5 millones de personas jornaleras trabajan en campos y ranchos, aunado a la informalidad con la que se concretan sus contrataciones y la falta de acceso a derechos como la seguridad social y los servicios de salud, es de suma importancia regular y garantizar los servicios para prevenir los riesgos de su labor, así como enfrentar las posibles consecuencias.
Son las desigualdades económicas, en el acceso a derechos y de discriminación que obligan a que millones de personas migren año con año dentro del país para conseguir trabajo en los campos de cultivo, las mismas que colocan en una situación de mayor riesgo en estos trabajos a jornaleras y jornaleros. El trabajo agrícola es físicamente demandante y puede involucrar el manejo de agroquímicos y herramientas como machetes, así como la exposición a condiciones climáticas adversas. También, dependiendo del cultivo, las personas trabajadoras se exponen a fauna venenosa, alergias e infecciones. Esto se complejiza si consideramos que el 77 por ciento de las y los jornaleros no tienen acceso a servicios públicos de salud ni a seguro médico privado en caso de accidentes. Además, menos de 20 por ciento tiene acceso a seguridad social y sólo el uno por ciento de las jornaleras tiene derecho a incapacidad laboral por maternidad.[1]
En México, desde 1970 con la publicación de la Ley Federal del Trabajo (LFT) se le reconoce como una actividad laboral especial, pero no fue hasta la reforma en 2019 cuando se describieron sus particularidades. Si bien, el país cuenta con una serie de leyes y reglamentos en la materia de seguridad y salud en el trabajo entre las cuales se encuentra el Reglamento Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo (RFSST), el cual establece las obligaciones de las personas empleadoras, de las personas trabajadoras, así como las medidas para prevenir riesgos de accidentes y enfermedades en el trabajo, lamentablemente, su implementación no ha garantizado espacios seguros para las personas jornaleras en los campos agrícolas.
En diversos campos de cultivo, son las y los jornaleros agrícolas quienes se encargan de la utilización de los agroquímicos, sin contar con el equipo de protección personal y la capacitación necesaria para prevenir los riesgos y atender cualquier emergencia derivada de esta tarea. Desde 2009 la ENOE advertía que las enfermedades más comunes entre la niñez jornalera son dermatitis, intoxicación por productos químicos de uso en el campo, afecciones oculares, insolación, deshidratación y reumatismo. A su vez, en cultivos como la caña se realizan quemas antes de iniciar el corte. En estos espacios es común que a las personas trabajadoras no se les brinden cubrebocas o protección para evitar respirar la ceniza o que esta les entre a los ojos, además de que los accidentes con machete suceden a menudo.
De acuerdo con un estudio realizado por la Comisión Federal para Protección contra Riesgos Sanitarios en 2018, el 100 por ciento de la población entrevistada reportó no contar con equipo de protección mínimo, el 65% no han recibido información preventiva sobre plaguicidas y el 55 por ciento ha tenido síntomas posiblemente relacionados con el uso de químicos[2]. A diferencia de otros sectores, las y los jornaleros tienen riesgo de adquirir discapacidades por estar en contacto con pesticidas u otros productos químicos propios de esta actividad, por accidentes relacionados con el uso de herramientas o la falta de seguridad en los espacios agrícolas.[3]
Por ello, es esencial que las empresas reconozcan y cumplan con su obligación de dotar de información y equipo de protección a las personas jornaleras, además de conducir exámenes médicos periódicos para los y las trabajadoras que estén expuestos a estos elementos químicos. Y es urgente que se cumplan las Normas Oficiales Mexicanas en materia de seguridad y salud en el trabajo, entre la cuales destacan la NOM-047-SSA1-2011, que aborda la exposición personal a sustancias químicas como plaguicidas y herbicidas, la NOM033-SSA2-2011 relevante a la picadura de animales como alacranes y víboras y, por último, la NOM-036-SSA2-2002 sobre la prevención de enfermedades.
La labor de las personas jornaleras agrícolas es esencial para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria, pero continúa siendo realizada en condiciones de alta precariedad. Por ello es de suma importancia regular y garantizar las condiciones para prevenir los riesgos del trabajo en el campo. La seguridad y salud en el trabajo es una responsabilidad compartida entre empleadores, gobierno, sindicatos y personas trabajadoras, por lo que es fundamental el diálogo y su articulación para garantizar un trabajo digno y seguro para las personas jornaleras. Reiteramos la importancia de que se entable un diálogo entre la Secretaría del Trabajo y las personas jornaleras, por un lado, para que reconozcan sus realidades y, por otro lado, con las empresas, para que cumplan con las obligaciones establecidas dentro del Reglamento Federal y garanticen que jornaleras y jornaleros tengan acceso a ambientes de seguridad y salud en el trabajo.
* Arelhí, María Elena y Claudia son parte del grupo de investigación de @FundarMexico sobre los derechos de personas jornaleras agrícolas.
[1] Sedesol (2009) Pobreza, migración y capacidades básicas en la población jornalera agrícola en México. Resultados de la Encuesta Nacional de Jornaleros 2009, pp. 36-47.
[2]https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/350255/Gu_a__5_cuidados_b_sicos_de_salud_de_jornaleros.pdf
[3] Coalición México por los Derechos de las Personas con Discapacidad, Migración & discapacidad.(2019) Una mirada desde la interseccionalidad, México, Coamex, Disponible en: https://yotambien.mx/wp-content/uploads/2019/09/COAMEX-Migracio%CC%81n-y-Discapacidad.pdf )
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